BRIGADA DE SALVAMENTO MINERO

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Esquema de las diferentes partes de un equipo autonomo de respiracion.

George Grantham Bain – Equipamiento e indumentaria de rescate minero. EEUU. Año 1915.

A lo largo de la historia de la minería en Asturias, se han producido numerosos accidentes en las explotaciones mineras de carbón. Por lo tanto, es lógico pensar que las autoridades sintieran en algún momento la necesidad de equipar con medios adecuados a las cuadrillas de obreros que al instante acudían a socorrer a sus compañeros.

Desde los inicios de la minería en Asturias, ninguna empresa minera disponía de personal especializado para actuar en los accidentes o emergencias que se producían en sus explotaciones. Cada empresa actuaba por su cuenta con los escasos medios disponibles de la mejor forma posible.

No fue hasta 1897, cuando se aprueba el Reglamento de policía Minera, en el que se establecen las prescripciones de policía y seguridad en las explotaciones mineras. El Capítulo III, que se refiere a los remedios para los accidentes, ya se preocupa de subsanar las posibles lesiones que puedan sufrir los trabajadores, mencionando en el Artículo 27: “Los explotadores están obligados a dotar a sus concesiones de medicamentos y medios para auxiliar de pronto a los heridos, a  tener constantemente personal adiestrado en el uso de los aparatos de salvamento y a comprobar periódicamente el buen estado de los aparatos.”. Y en el Artículo siguiente, dice: “Cada mina o grupo de minas deberá contar por su servicio sanitario con un Médico, por lo menos, que tenga su residencia dentro del radio de 10 kms., y tener una habitación convenientemente acondicionada para atender a la curación de los heridos cuando su estado no consienta su traslado a otro punto”.

El 21 de junio de 1902, se publicó una Real Orden que obligaba a las empresas mineras a disponer de equipos de respiración artificial y personal suficientemente adiestrado. El 28 de enero de 1910, el rey  Alfonso XIII aprueba el Reglamento provisional de Policía Minera.

Los Artículos 156 al 160, ya definen los aparatos respiratorios que  deben estar disponibles: “En cada estación de salvamento habrá aparatos respiratorios portátiles que permitan penetrar en una atmósfera irrespirable y serán de dos tipos, unos portátiles y otros de mascarilla o casco con tubo y fuelle”.

El uso de estos aparatos respiratorios exige disponer de personal adiestrado, cuya seguridad en el manejo de los aparatos debe conservarse mediante ejercicios de entrenamiento periódicos, y cuyos aparatos se deben custodiar en las Estaciones de salvamento.

Tendría que ocurrir una desastrosa catástrofe en Francia para que tanto las autoridades como las direcciones mineras se preocuparan de evitar tan funestas consecuencias. Este accidente surgió en la mina de Courrières, en Lens, Paso de Calais (Francia), donde el 10 de marzo de 1906, hacia las diez y media de la mañana, una terrible explosión de grisú en el pozo nº 3, hizo saltar por los aires las jaulas y estructuras, causando la muerte a 1.099 mineros.

En Asturias, sería la Sociedad Duro Felguera quien empieza a inquietarse ante el numeroso avance de accidentes producidos en sus minas. Lo que desea es que su minería posea un servicio de rescate propio, como respuesta a los frecuentes accidentes que se registraban en sus minas asturianas.

A la vez, en el resto de empresas mineras surge la idea de unificar sus precarias brigadas, pues una coordinación de las mismas resultaría más eficiente y con mejores medios de salvamento, por lo que deciden unificarse a la propuesta de Duro Felguera.

Allá por el año 1911, se reunían las principales empresas del valle del Nalón entre las que cabe destacar a Duro Felguera, Carbones de la Nueva, Minas de Coto del Musel, Minas de Langreo y Siero, Elorduy y Díaz Caneja entre otras, acordando constituir una Brigada de Salvamento Minero común y dotada con los medios necesarios para actuar con eficacia y seguridad.

El día 1 de enero de 1912 se realiza la primera sesión de prácticas con un equipo formado por un Facultativo y cinco Mineros.

Esta primera Brigada tendrá instalada su Estación Central de Salvamento en un departamento del Hospital de Duro Felguera, hoy conocido como sanatorio Adaro, en Sama de Langreo.

El 26 de Agosto, de 1912, la Brigada realiza su primer rescate en el pozo María Luisa en Langreo, enfrentándose a los efectos de una explosión de grisú, afortunadamente, sin registrar víctimas. Sería el 20 de Mayo de 1914, cuando la Brigada realiza su primer rescate de personas, también en el Pozo María Luisa, donde otra explosión de grisú causó la muerte a 4 obreros y dejó gravemente herido a otro.

Desde entonces y hasta la actualidad, la Brigada ha realizado numerosas intervenciones en las distintas minas que requirieron sus servicios.

 

Equipo de rescate minero en Kadievka (hoy Stakhanov, Ucrania). Finales del siglo XIX - Principios del XX

Equipo de rescate minero en Kadievka (hoy Stakhanov, Ucrania). Finales del siglo XIX – Principios del XX

Harris & Ewing – Demostración de aparataje de rescate minero en el U.S. Bureau of Mines, Washington, D.C., USA. Año 1917

Foto Alonso – Brigada de salvamento minero. Mieres, Asturias. Año 1955.

François Kollar – La France Travaille – Brigadistas provistos del aparato respiratorio a oxígeno Fenzy con gafas ahumadas. Francia 1932

National Museum of American Art - Rescate Minero. Fletcher Martin 1939

National Museum of American Art – Rescate Minero. Fletcher Martin 1939

Eduardo Urdangaray – Accidente minero en el Pozo Nicolasa, Ablaña, Mieres, Asturias. Año 1995.

AHM

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