La Fundación Obra Social Montepío, asume el reto de defender la Candidatura Popular Brigada de Salvamento Minero a los Premios Princesa de Asturias

 

La Comisión Regional del Montepío de la Minería Asturiana, máximo órgano de gobierno en la entidad,  ha aprobado esta mañana asumir el  reto de presentar la Candidatura Popular de la Brigada Central de Salvamento de Asturias  a los Premios Princesa de Asturias. La decisión supone la puesta en marcha de un grupo de trabajo en la Fundación Obra Social destinado a “documentar, promover y recabar amplios apoyos sociales fuera y dentro de España” destinados a lograr “ese  Reconocimiento internacional a la trayectoria de la Brigada Central de Salvamento de Asturias” tras 107 años de actividad.

La Fundación Montepío asume el reto por tres razones: la Primera, a petición de decenas de mutualistas y personas ligadas a la minería que así lo plantearon de manera directa y a través de las redes sociales, durante los días previos y posteriores al rescate del niño Julen en Málaga -desgraciado suceso que ha tenido en vilo a medio mundo, por lo complicado y agónico de la situación-. La Segunda, sobre todo, tras la decisión de los gestores del grupo “Mineros Asturianos” de  Change.org de apostar a través de su coordinadora y administradora, la informática asturiana Ana Menéndez (hija y nieta de mineros) y centralizar en el Montepío (como entidad social, sin ánimo de lucro, representativa de la familia minera y próxima a la Brigada) los aproximadamente medio millón de apoyos de personas que se registraron desde la noticia firmando por la concesión de este premio. Y la Tercera, por las relaciones históricas que unen al Montepío y a la Brigada de Salvamento desde sus mismas raíces, en las siniestralidades en las minas, y más recientemente, por la colaboración estrecha entre ambas entidades en favor de la memoria minera, como lo demuestra el hecho que el Cuerpo de rescate minero apostó por visitar la sede central de la Mutualidad el primer día laboral tras su regreso de Totalán para agradecer el apoyo recibido.

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La memoria de los rescates y accidentes mineros

Cabe recordar que la Fundación Obra Social Montepío, aglutinadora desde el pasado 26 de marzo de toda la política social y solidaria de nuestra entidad,  tiene entre uno de sus fines la recopilación y divulgación de la historia y memoria de la minería. De hecho, desarrolla un proyecto de investigación con la Universidad de Oviedo sobre los orígenes del mutualismo minero en Asturias desde la Revolución Industrial, y recientemente prepara la exposición Mujer y Mina: el Carbón en femenino plural, como continuidad tras el éxito alcanzado por su Calendario 2019 reivindicativo sobre el (olvidado e injustamente tratado) papel de las trabajadoras mineras, un proyecto en el que también han colaborado el Muséu del Pueblu d`Asturies y el Archivo histórico Minero.

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Antecedentes valorados por la Comisión Regional: Desde 14 de enero, hasta la madrugada del pasado domingo día 27, la Brigada de Salvamento Minero de Asturias ha estado en el punto de mira de  medio mundo y España entera como última esperanza en la titánica y agónica operación de rescate y recuperación de Julen, el niño de 2 años que desgraciadamente perdió la vida en un estrechísimo y profundo pozo abierto en el campo de Totalán-Málaga. El suceso, con un niño y su familia marcadas por la tragedia, y la complejidad técnica del rescate, en el que participaron unos 300 profesionales de distintos campos, moviéndose en apenas 13 días, 85.000 toneladas de tierra, puso de relieve la importancia de la experiencia y el conocimiento acumulado por la Brigada de Salvamento Minero de Asturias, y con ello la voluntad abnegada y el compromiso social de un Cuerpo profesional con 107 años de historia que ejemplifican como pocos la histórica solidaridad de los mineros, dispuestos siempre a dar un paso más allá de su sector profesional para actuar, como ocurriría en decenas de ocasiones en catástrofes o tragedias de diverso cariz.

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La Fundación Obra Social Montepío, cumpliendo con uno de sus objetivos marcados en su nacimiento, la recuperación, investigación y divulgación de la historia minera, en este caso, la encarnada por la Brigada de Salvamento Minero de Asturias, está dispuesta a trabajar en las próximas semanas para dotar de un soporte documental a ese expreso deseo de miles y miles de personas en España que nos han transmitido su deseo de conseguir un reconocimiento internacional para este Cuerpo de rescate. Una unidad formada por mineros de élite, de valía demostrada en el trabajo en situaciones complejas (movimientos de tierra, quiebras, derrumbes, explosiones, incendios…) y que, asumiendo un compromiso y responsabilidad mayor, deciden voluntariamente formar parte de un dispositivo entrenado y dispuesto a actuar por la seguridad y en el rescate de otros, no solo compañeros, sino en situaciones de riesgo y complejidad, en muchas ocasiones en catástrofes o tragedias de fuerte impacto emocional y social.

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Su especialización para actuar bajo tierra, a grandes profundidades, y su evolución profesional (son mineros) hace que su paso adelante hacia la atención social y humanitaria, les confiera una singularidad frente a bomberos, militares, policías, sanitarios… con los que colaboran en equipo, cooperación que se pone aún más de manifiesta en esas aportaciones fuera de la mina, en circunstancias como las vividas  en el c rescate del niño en Totalán, pero también en otros, como terremotos en Centroamérica o accidentes en simas o túneles en otras zonas de España.

La disposición personal de los Brigadistas mineros va más allá de un voluntarismo humanitario, que ya de por sí sería encomiable. Su unidad está homologada internacionalmente con el certificado USAR, Urban Serch and Rescue. Y su conocimiento acumulado en miles de operaciones de rescate en las que han tenido que investigar y poner en práctica diversas soluciones técnicas, hace que su know how, que pasa de generación en generación, en campos que van desde lo geológico a aplicaciones en materiales, son de enorme utilidad social, transferidos más tarde a entidades próximas, como el propio Servicio de Emergencias del Principado de Asturias a empresas fabricantes de materiales homologados en rescates.

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La Brigada de Salvamento Minero de Asturias, que ya fue merecedor de varias distinciones estatales desde 1972 (en 2001 la Medalla del Montepío) por sus acciones heroicas en el rescate de cientos de mineros y en poner a salvo varias minas y pozos (recurso de mina para cientos de trabajadores del carbón), es también una referencia en el sector en Europa, con relaciones y actuaciones con otras Brigadas mineras internacionales, como la México, Colombia, Portugal o Inglaterra, nación esta última que, a pesar de ver cerrada su actividad extractiva fruto de la dura reconversión industrial vivida en los años 80, ha dado continuidad a las funciones de su Cuerpo minero, orientándolas incluso hacia operaciones especializadas en dispositivos de seguridad tan diversas como el naval o el tratamiento de zonas de residuos, balsas etc.

En el contexto del rescate a Julen, y en tiempos finalistas para el sector minero en nuestro país, otrora motor industrial y económico, hoy diezmado, exponente de comarcas en crisis que despiden o recuerdan con incertidumbre sus últimas minas, la Brigada de Salvamento Minero de Asturias supone un emblema como ejemplo de rigor profesional y solidaridad para amplios sectores de la sociedad española e incluso internacional que anhelan que su historia, la de haber recuperado a cientos de heridos o fallecidos en las entrañas de la Tierra, sea un conocimiento y  un valor solidario, que no caiga en el olvido.

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Algunas de esas personas nos han demandado en diversos escritos al Montepío de la Minería y a nuestra Fundación Obra Social, como institución hermana, representativa de la hermandad y mutualismo consustancial a cientos miles de familias mineras (entre ellas, la presentada a través de change.org, que ya acumula más de 400.000 adhesiones en internet) que demos un paso adelante con la elaboración de una necesaria Candidatura Popular de la Brigada de Salvamento Minero de Asturias a los Premios Fundación Princesa de Asturias, guante que recogemos y que concretamos elevando esta Propuesta al máximo órgano de gobierno de la Mutualidad de los Mineros Asturianos, al Patronado de su Fundación, para comenzar a dar los pasos necesarios, bajo el siguiente acuerdo de la Comisión Regional del Montepío:

Elaborar y presentar desde la Fundación Obra Social Montepío la Candidatura Popular de la Brigada de Salvamento Minero de Asturias (empresa pública HUNOSA) a los Premios Princesa de Asturias de Concordia y la Solidaridad 2019, entendiendo que su trayectoria histórica, que documentaremos ampliamente en una propuesta final que repase sus hitos, encaja con los fines y esencia de estos galardones internacionales, que, tal y como reza su Reglamento, están destinados a reconocer “la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, instituciones, grupo de personas o de instituciones en el ámbito internacional”. Considerando que la Brigada de Salvamento Minero cumple de manera transversal con la mayor parte de los mismos, siendo una oportunidad para que la solidaridad y los valores humanitarios forjados en esta historia, pero también en toda su historia, sigan siendo un referente que alumbre desde nuestra memoria industrial a nuevas generaciones como ejemplo del necesario rigor y compromiso que debe ser consustancial a tod@s.

 FIRMA – https://www.change.org/p/premio-princesa-de-asturias-2019-a-la-brigada-de-salvamento-minero-de-asturias

FOTOS – Alvaro Fuente / Agencias / Eduardo Urdangaray

 

 

 

 

 

 

8 febrero, 2019

BRIGADA DE SALVAMENTO MINERO

www.salvamentominero.es

 

Esquema de las diferentes partes de un equipo autonomo de respiracion.

George Grantham Bain – Equipamiento e indumentaria de rescate minero. EEUU. Año 1915.

A lo largo de la historia de la minería en Asturias, se han producido numerosos accidentes en las explotaciones mineras de carbón. Por lo tanto, es lógico pensar que las autoridades sintieran en algún momento la necesidad de equipar con medios adecuados a las cuadrillas de obreros que al instante acudían a socorrer a sus compañeros.

Desde los inicios de la minería en Asturias, ninguna empresa minera disponía de personal especializado para actuar en los accidentes o emergencias que se producían en sus explotaciones. Cada empresa actuaba por su cuenta con los escasos medios disponibles de la mejor forma posible.

No fue hasta 1897, cuando se aprueba el Reglamento de policía Minera, en el que se establecen las prescripciones de policía y seguridad en las explotaciones mineras. El Capítulo III, que se refiere a los remedios para los accidentes, ya se preocupa de subsanar las posibles lesiones que puedan sufrir los trabajadores, mencionando en el Artículo 27: “Los explotadores están obligados a dotar a sus concesiones de medicamentos y medios para auxiliar de pronto a los heridos, a  tener constantemente personal adiestrado en el uso de los aparatos de salvamento y a comprobar periódicamente el buen estado de los aparatos.”. Y en el Artículo siguiente, dice: “Cada mina o grupo de minas deberá contar por su servicio sanitario con un Médico, por lo menos, que tenga su residencia dentro del radio de 10 kms., y tener una habitación convenientemente acondicionada para atender a la curación de los heridos cuando su estado no consienta su traslado a otro punto”.

El 21 de junio de 1902, se publicó una Real Orden que obligaba a las empresas mineras a disponer de equipos de respiración artificial y personal suficientemente adiestrado. El 28 de enero de 1910, el rey  Alfonso XIII aprueba el Reglamento provisional de Policía Minera.

Los Artículos 156 al 160, ya definen los aparatos respiratorios que  deben estar disponibles: “En cada estación de salvamento habrá aparatos respiratorios portátiles que permitan penetrar en una atmósfera irrespirable y serán de dos tipos, unos portátiles y otros de mascarilla o casco con tubo y fuelle”.

El uso de estos aparatos respiratorios exige disponer de personal adiestrado, cuya seguridad en el manejo de los aparatos debe conservarse mediante ejercicios de entrenamiento periódicos, y cuyos aparatos se deben custodiar en las Estaciones de salvamento.

Tendría que ocurrir una desastrosa catástrofe en Francia para que tanto las autoridades como las direcciones mineras se preocuparan de evitar tan funestas consecuencias. Este accidente surgió en la mina de Courrières, en Lens, Paso de Calais (Francia), donde el 10 de marzo de 1906, hacia las diez y media de la mañana, una terrible explosión de grisú en el pozo nº 3, hizo saltar por los aires las jaulas y estructuras, causando la muerte a 1.099 mineros.

En Asturias, sería la Sociedad Duro Felguera quien empieza a inquietarse ante el numeroso avance de accidentes producidos en sus minas. Lo que desea es que su minería posea un servicio de rescate propio, como respuesta a los frecuentes accidentes que se registraban en sus minas asturianas.

A la vez, en el resto de empresas mineras surge la idea de unificar sus precarias brigadas, pues una coordinación de las mismas resultaría más eficiente y con mejores medios de salvamento, por lo que deciden unificarse a la propuesta de Duro Felguera.

Allá por el año 1911, se reunían las principales empresas del valle del Nalón entre las que cabe destacar a Duro Felguera, Carbones de la Nueva, Minas de Coto del Musel, Minas de Langreo y Siero, Elorduy y Díaz Caneja entre otras, acordando constituir una Brigada de Salvamento Minero común y dotada con los medios necesarios para actuar con eficacia y seguridad.

El día 1 de enero de 1912 se realiza la primera sesión de prácticas con un equipo formado por un Facultativo y cinco Mineros.

Esta primera Brigada tendrá instalada su Estación Central de Salvamento en un departamento del Hospital de Duro Felguera, hoy conocido como sanatorio Adaro, en Sama de Langreo.

El 26 de Agosto, de 1912, la Brigada realiza su primer rescate en el pozo María Luisa en Langreo, enfrentándose a los efectos de una explosión de grisú, afortunadamente, sin registrar víctimas. Sería el 20 de Mayo de 1914, cuando la Brigada realiza su primer rescate de personas, también en el Pozo María Luisa, donde otra explosión de grisú causó la muerte a 4 obreros y dejó gravemente herido a otro.

Desde entonces y hasta la actualidad, la Brigada ha realizado numerosas intervenciones en las distintas minas que requirieron sus servicios.

 

Equipo de rescate minero en Kadievka (hoy Stakhanov, Ucrania). Finales del siglo XIX - Principios del XX

Equipo de rescate minero en Kadievka (hoy Stakhanov, Ucrania). Finales del siglo XIX – Principios del XX

Harris & Ewing – Demostración de aparataje de rescate minero en el U.S. Bureau of Mines, Washington, D.C., USA. Año 1917

Foto Alonso – Brigada de salvamento minero. Mieres, Asturias. Año 1955.

François Kollar – La France Travaille – Brigadistas provistos del aparato respiratorio a oxígeno Fenzy con gafas ahumadas. Francia 1932

National Museum of American Art - Rescate Minero. Fletcher Martin 1939

National Museum of American Art – Rescate Minero. Fletcher Martin 1939

Eduardo Urdangaray – Accidente minero en el Pozo Nicolasa, Ablaña, Mieres, Asturias. Año 1995.

4 diciembre, 2015