Grupo de trabajadores mineros, algunos de ellos supervivientes del accidente en la Mina La Carinsa de Bello, Aller, Asturias. Mes de Junio de 1958.

2 Comentarios
  • AMS

    5 marzo, 2012 a las 12:56 am Responder

    El 16 de junio de 1958 tuvo lugar una explosión de grisú en la mina de La Carinsa de Bello, Aller. Los señalados con una equis en la foto estuvieron allí y sobrevivieron. Hubo varias muertes que conmocionaron a los vecinos. A los entierros, donde hubo importantes manifestaciones de duelo popular, asistieron entre otras autoridades el Ministro de Trabajo Fermín Sanz-Orrio, los delegados provinciales y los alcaldes de Lena, Mieres y Aller. Esta foto se tomó unos días más tarde.

  • AMS

    5 marzo, 2012 a las 1:07 am Responder

    El lunes 16 de Junio de 1958, fue un día triste y desgraciado para los pueblos del Alto Aller. Siete mineros muertos y seis heridos graves fue el resultado de una explosión de grisú, que tuvo lugar en la mina La Carinsa de Bello. El accidente se produjo sobre las doce del mediodía y pronto la noticia corrió como la pólvora por todo el concejo allerano. Gritos, voces, carreras, nervios, se apoderaron de las gentes de estos pueblos del Alto Aller, nada mas conocerse la noticia. En principio se desconocían los nombres de los fallecidos, solo se sabía del número de muertos y heridos, por lo que eran muchas las familias que tenían seres queridos trabajando en esta mina, y el confusionismo era tremendo. Todos querían saber noticias de sus familiares. A partir de las cuatro de la tarde empezaron a regresar los trabajadores que no habían padecido el accidente y se fueron dando nombres de los fallecidos y de los heridos.

    Los siete fallecidos habían sido: Benigno Fernández Álvarez, de 30 años, casado y con un hijo, de profesión picador y vecino de Collanzo. Manuel Prado Rodríguez de 38 años, casado y con dos hijos, vecino de Bello. Gerardo García Gutiérrez, picador de 32 años, casado y vecino de Collanzo. Marcelino Baizán González, barrenista de 38 años, vecino de Conforcos. Secundino Baizán Ordóñez, picador de 28 años, casado y con dos hijos, vecino de Collanzo, Manuel González Castañón de 28 años, soltero, vecino de El Pino y José Antonio García Baizán, vagonero de 18 años, soltero y vecino de Casomera. Los nombres de los seis heridos no fueron publicados en la prensa, pero a los pocos días uno de ellos, vecino de Bello, falleció.

    El día 17 martes por la tarde se celebraron los entierros en sus parroquias respectivas. La tarde se presentó lluviosa y desapacible, el paisaje del Alto Aller estaba triste como también lo estaban los corazones de los alleranos que lloraban a sus seres queridos, a unos les unía la familia, a otros la amistad, a otros la vecindad. Podríamos decir que todo el valle allerano estaba de luto.

    Las manifestaciones de duelo fueron impresionantes en todos los entierros. En cada pueblo y en tomo a las casas mortuorias se agolpaba la gente para poder entrar a dar el pésame a los familiares. Los horarios fueron distintos para que pudieran asistir las autoridades a todos los entierros. Estuvo presente el Ministro de Trabajo Don Fermín Sanz-Orrio, el jefe provincial del Movimiento Don Marcos Peñarroyo, así delegados provinciales de Trabajo, Sres. Medina y Sánchez Eguibar. También los alcaldes de Aller, Meres y Lena, acompañaron a estas autoridades.

    En resumen una fecha muy triste para la historia del Concejo de Aller, en la que nos dejaron ocho trabajadores, quedaron cinco mujeres viudas y siete niños huérfanos de padre.

    Información facilitada por Pedro Rodríguez Muñiz, de Felechosa y Paula Fernández Cordero.

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