Minas de Mazarrasa, en el Macizo Oriental o de Ándara, Cillorigo de Liébana, Picos de Europa, Cantabria. Año 2012.

2 Comentarios
  • AMS

    12 octubre, 2012 a las 1:04 am Responder

    La charca que se observa, es el resto de un antiguo lago desaparecido de 15 metros de profundidad, las galerias bajo el lago propiciaron su desagüe. Altitud 1755 metros.

  • AMS

    12 octubre, 2012 a las 1:05 am Responder

    En Ándara, como en otras zonas del macizo, se explotaron sus yacimientos de blenda acaramelada (sulfuro de cinc) y calamina (carbonato de cinc anhidro), que son minerales de los que se extrae el cinc. A finales del año de 1856, dos compañías mineras se establecieron en las dos depresiones del macizo oriental de los Picos de Europa o de Ándara.

    La primera de ellas, La Providencia. Sociedad de Minas del Océano, fue fundada por un grupo de inversores madrileños y asturianos presididos por Eduardo Fernández San Román, Mariscal de campo de los Ejércitos Nacionales, secundado por varios miembros de la familia Noriega, oriunda de Colombres (Asturias). La segunda, en las mismas fechas, fue La Esperanza, perteneciente a los hermanos Ramón y Manuel Pérez del Molino. Esta cambió su nombre en 1888 por el de Minas de Mazarrasa, al ser adquirida por el abogado santanderino Juan Manuel de Mazarrasa Jorganes.

    Coincidiendo con el descubrimiento de estos yacimientos, comenzaron los trabajos de infraestructura, siendo necesaria inicialmente una gran cantidad de dinero para la construcción de los accesos a las minas desde La Hermida, que en el futuro tanto incidirían en la configuración actual de caminos y senderos del Parque Nacional.

    En el año 1885 la Real Compañía Asturiana de Minas se hizo con la explotación de los yacimientos. Sin embargo, la profundidad que alcanzaron las explotaciones con el consiguiente empobrecimiento de la mena, así como las dificultades que acarreaba la explotación de estos yacimientos (los trabajos de explotación duraban sólo de junio a octubre, debido a los rigores del invierno), llevaron al cierre progresivo de las minas en la década 1930-1940.

    Como consecuencia de la actividad minera quedó destruido el Pozo de Ándara, precioso lago que existía en la depresión occidental, transformado en una pequeña charca después de una lamentable voladura minera. Ahora, al desolador paisaje característico de Picos de Europa, se le añaden las ruinas de los casetones mineros, las escombreras, las bocaminas y todo un laberinto de caminos abandonados, que unidos a la soledad que reina en esta zona, convierten Ándara en un lugar parecido al día después de una explosión atómica. El Plan Rector de uso y gestión del Parque Nacional de los Picos de Europa, aprobado el 18 de mayo de 2002, incluye la realización de estudios y obras para la recuperación de toda esta zona minera y especialmente la laguna o Pozo de Ándara.

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