Con La furia y el silencio, Martínez Reverte demuestra una vez más que la narración de cualquier hecho puede resultar fascinante si el autor sabe cómo hay que hacerlo. No es preciso que el autor tenga ninguna predilección por este trozo de la historia de nuestro país que tuvo lugar en Asturias a principios de los años sesenta. Desde la primera hasta la última página, la descripción de los sucesos, de los personajes que los viven, de los paisajes en que transcurren, lleva a degustar esta obra con el placer que proporcionan una escritura depurada y el fragor de unos acontecimientos repletos de épica y pasión en un mundo faulkneriano, cerrado, que se hace universal. Un libro grande por su rigor histórico y por la prosa del autor, valorada por los lectores y avalada por la crítica en anteriores trabajos como La batalla del Ebro.
AHM
6 mayo, 2016 a las 9:37 pmCon La furia y el silencio, Martínez Reverte demuestra una vez más que la narración de cualquier hecho puede resultar fascinante si el autor sabe cómo hay que hacerlo. No es preciso que el autor tenga ninguna predilección por este trozo de la historia de nuestro país que tuvo lugar en Asturias a principios de los años sesenta. Desde la primera hasta la última página, la descripción de los sucesos, de los personajes que los viven, de los paisajes en que transcurren, lleva a degustar esta obra con el placer que proporcionan una escritura depurada y el fragor de unos acontecimientos repletos de épica y pasión en un mundo faulkneriano, cerrado, que se hace universal. Un libro grande por su rigor histórico y por la prosa del autor, valorada por los lectores y avalada por la crítica en anteriores trabajos como La batalla del Ebro.