Sala de máquinas y castilletes de Santa Bárbara, La Rabaldana, Valle de Turón, Mieres, Asturias. Hacia 1926.

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  • AMS

    10 agosto, 2011 a las 3:36 pm Responder

    En la imagen vemos el edificio que albergó la antigua casa de máquina común para ambos pozos de extracción. Es un gran edificio rectangular, cuyo aspecto y funcionalidad actual poco tiene que ver con la instalación original de la década de 1920. La estructura de la antigua casa de máquinas estaba formada por un cuerpo central de una sola altura (6/7 m) cubierto por un tejado a dos aguas de cinc sobre
    estructura metálica, que contaba con una especie de sobretejado a modo de lucernario; y sendos cuerpos en los testeros occidental y oriental, algo más altos que el central (dos alturas) y también destacados en planta, con el remate superior de sus fachadas en algo parecido a un frontón triangular.

    Fue construido en dos fases, una en la década de 1920 y otra hacia 1961, reformado en 1965 . Los cuerpos externos servían originalmente como salas de máquinas de los dos castilletes. Cuando se construyeron
    las nuevas salas de máquinas exentas, pasaron a ser usados como almacén, archivos laborales, oficinas y aseos en general. El cuerpo lateral Este sirvió, además, para la brigada de salvamento, y el Oeste para subestación transformadora. El núcleo central albergaba los compresores que producían el aire que alimentaba los martillos para las labores de picado. En la actualidad se sigue usando parte de la subestación transformadora. La transformación estructural trajo un cambio en los materiales tradicionales, puesto que del ladrillo y el revoco de mortero pintado y decorado se pasa a un aspecto mucho más funcional con el hormigón y el metal como materiales fundamentales.

    El pozo Santa Bárbara -La Rabaldana- está emplazado en la parroquia turonesa de San Andrés. Empezó a construirse en 1913 para explotar un yacimiento que se corresponde con las capas inferiores de los grupos de montaña de San Víctor y de San Pedro a instancias de la empresa Hulleras del Turón y prolongó su actividad hasta el 1995 cuando subió el último relevo, dejando solo la actividad imprescindible para el área de ventilación y las tareas mínimas de mantenimiento. En su origen llegó a los 115 metros de profundidad y cuando le llegó el cierre, de la mano de Hunosa que llevaba unas décadas con la propiedad, contaba con dos pozos.

    Por el principal se sacaba el carbón y el escombro, el segundo se destinaba a la entrada del personal y al acarreo de materiales de explotación. La mayor parte de las instalaciones primitivas se levantaron en torno a 1920 y entre 1960 y 70 lo hicieron el resto de las edificaciones. El 5 de febrero de 2008 la Consejería de Cultura y Turismo inició el expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural, con categoría de conjunto histórico. En 1960 aconteció el momento más álgido de este valle que había llegado a censar el número más elevado de habitantes de su historia: 19.000, y con una plantilla en la empresa minera de 6.400 trabajadores. La producción de hulla lavada también era la mayor que nunca se había visto.

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