Mineros del Coltan. Los verdaderos esclavos del móvil

El coltán, mineral indispensable para la fabricación de los móviles, está manchado de sangre…

Donde los móviles matan

En Europa, un consumidor no puede saber si su móvil está “limpio de conflicto”. El Parlamento Europeo votó un reglamento tildado de «insuficiente» por las ONG presentes en el Congo. Entre ellas, la española Alboan (alboan.org), que  ha lanzado algunas campañas para concienciar sobre esta realidad a los usuarios de estos dispositivos.

Excavar en la ignorancia

En el Congo, más de dos millones de personas, como estos adolescentes que inician su jornada en Rubaya, se dedican a la minería artesanal. Muchos no saben ni para qué sirve el coltán. Del mismo modo, la mayoría de usuarios de móviles en el mundo desconocen que estos usan coltán y que alimentan conflictos como el del Congo, donde casi seis millones de personas han muerto en las dos últimas décadas.

Contrabando sin control

Los mineros cargan el coltán ladera abajo hasta la localidad de Rubaya. Allí se pesa e identifica cada saco y se envía a Goma, capital de Kivu Norte. Desde su aeropuerto despegan a diario decenas de aviones sin matrícula hacia Ruanda ante las narices del personal de la ONU, que tiene desplegados en el Congo -uno de los países más corruptos del planeta- a más de 20.000 militares, su mayor misión de paz en todo el mundo.

Minerales libres de conflicto

Las organizaciones que denuncian el comercio de coltán «manchado de sangre» recibieron un espaldarazo en 2010. Ese año, Estados Unidos aprobó la Ley Dodd-Frank, que obliga a las empresas que operen en ese país a garantizar que ninguno de sus componentes proviene de minas que no hayan sido certificadas como “limpias”. La norma fue un duro golpe para la minería congoleña, pero empujó al Gobierno de Kinshasa a revisar el sector.

El horror de los que se quedan en casa

Por el día, en el campo de desplazados solo quedan mujeres y chiquillos. Los varones raspan la montaña, mientras sus familias quedan expuestas en un país donde más de 100.000 mujeres son violadas anualmente y las atrocidades contra la infancia son una plaga. «He visto bebés de menos de un año violados de un modo que no puedo describir», asegura Desiré Munyali, cirujano y forense congoleño.

Hormigueros para una guerra

Rubaya: la mayor mina de coltán del planeta. Cada día, 5000 mineros excavan este hormiguero al este del Congo, en una región que el Gobierno disputa a 26 grupos armados y que alberga el 80 por ciento de las reservas mundiales de coltán. Los rebeldes usan las canteras bajo su control para financiarse. Sin el coltán -creen los analistas- el conflicto que desangra el país desde 1994 hace años que habría perdido intensidad.

 

Huir de una guerra que ‘no existe’

Según Médicos sin Fronteras, más de diez años después del final oficial de la guerra, en el Congo hay casi 3 millones de desplazados. Solo en la provincia a la que pertenece Rubaya hay 14 campamentos como este. Desde 2003 ha habido dos elecciones presidenciales, pero la violencia es ya un modus vivendi para miles de personas. En gran medida, debido al coltán.

Donde los niños cavan sus propias tumbas

Son las 17:30 horas y un joven sale de una galería con su ‘cosecha’ de coltán. Lleva bajo tierra desde las 6:00. La mitad de los mineros son menores -los hay de 8 años-, que excavan las estrechas galerías donde el gas carbónico se impone al oxígeno a 50 metros de profundidad. Las muertes por asfixia o aplastamiento son parte de la rutina. También las jornadas de 14 horas, 7 días por semana, para ganar 2 dólares diarios en una mina que produce 20 toneladas por semana. Es decir: 8 millones de dólares en el mercado.

Cómo limpiar su coltán

Los rebeldes controlan minas, pero también las rutas de contrabando hacia Ruanda. Desde allí el mineral se envía a fundiciones en Asia, donde se refina, se mezcla con el de otros países y se vende a las empresas tecnológicas. Así, este es el punto clave para rastrear el origen limpio del coltán. Iniciativas como el Conflict-Free Smelter Program [Programa de Fundiciones Libres de Conflicto] ayudan a las compañías que lo deseen a certificar la limpieza de su cadena de suministro.

Y todo por un poco de polvo…

El coltán es una mezcla de dos minerales: columbita y tantalita, de los cuales deriva su nombre. Su alta conductividad y su resistencia al calor y la corrosión lo han convertido en un material imprescindible para fabricantes de móviles, tabletas, televisores, GPS, cámaras fotográficas, aviones, drones, cohetes espaciales, reactores nucleares, satélites…

Al menos casi todo el que sale del este del Congo (RDC), su gran reserva mundial. Allí, la mitad de los mineros son niños explotados por grupos armados que se financian con el contrabando de este material.

Las fotos corresponden al reportaje fotográfico realizadas por Iván Benítez para ALBOAN en el Congo (RDC) en 2014.

https://www.xlsemanal.com/actualidad/20180203/mineros-del-coltan-esclavitud-los-verdaderos-esclavos-del-movil.html#imagen-1

14 febrero, 2021