Tras veinte años de aislamiento económico y político, el régimen franquista dio un cambio de rumbo a su política económica con la aprobación del Plan de Estabilización el 21 de julio de 1959. Un nuevo equipo de políticos, que se caracterizaba por sus conocimientos técnicos, y de los que algunos estaban vinculados al Opus Dei, fue el encargado de llevar a cabo una serie de medidas que, tras unos efectos traumáticos iniciales, acabaron por facilitar un fuerte crecimiento económico. Fueron acompañadas de algunas reformas en el campo administrativo, educativo y jurídico, que pusieron las bases para una cierta modernización del país que cambió sustancialmente su estructura social. Estos cambios coincidieron con una coyuntura económica mundial muy favorable, lo que se tradujo en una fuerte desarrollo económico que el régimen calificó de “milagro español”, y que trajo aparejado un aumento del nivel de vida y del bienestar. La convertibilidad de la moneda, la salida masiva de emigrantes y un espectacular crecimiento del turismo fueron instrumentos de la transformación de un país que se proclamaba “diferente”.
AHM
27 abril, 2017 a las 11:20 amTras veinte años de aislamiento económico y político, el régimen franquista dio un cambio de rumbo a su política económica con la aprobación del Plan de Estabilización el 21 de julio de 1959. Un nuevo equipo de políticos, que se caracterizaba por sus conocimientos técnicos, y de los que algunos estaban vinculados al Opus Dei, fue el encargado de llevar a cabo una serie de medidas que, tras unos efectos traumáticos iniciales, acabaron por facilitar un fuerte crecimiento económico. Fueron acompañadas de algunas reformas en el campo administrativo, educativo y jurídico, que pusieron las bases para una cierta modernización del país que cambió sustancialmente su estructura social. Estos cambios coincidieron con una coyuntura económica mundial muy favorable, lo que se tradujo en una fuerte desarrollo económico que el régimen calificó de “milagro español”, y que trajo aparejado un aumento del nivel de vida y del bienestar. La convertibilidad de la moneda, la salida masiva de emigrantes y un espectacular crecimiento del turismo fueron instrumentos de la transformación de un país que se proclamaba “diferente”.